Almacenar granos tiene sus secretos

Almacenar granos tiene sus secretos

Claudia Castellari

El sistema de almacenaje temporario en bolsas plásticas se convirtió en una alternativa, para los granos de cereales y oleaginosas, intentando solucionar el déficit de almacenaje fijo de la producción en la Argentina, que alcanza a 45 millones de toneladas, más del 40% de la producción total del país.

Esta tecnología, utilizada originalmente para el almacenaje de granos húmedos, fue desarrollada a partir de 1995 para guardar granos secos por un período de tiempo.

Debido a su bajo costo y sencillez, esta herramienta, desarrollada con tecnología argentina por el Programa Nacional de Cosecha y poscosecha de granos del INTA, siendo la Estación Experimental Agropecuaria local una de las principales referentes, comenzó a ser difundida y utilizada en más de 50 países del mundo, entre ellos Estados Unidos, Australia y varios del continente europeo.

En la actualidad, en Argentina se comercializan unas 200.000 bolsas, en Estados Unidos 90.000, en Sudáfrica, 7.000 y en Rusia 10.000, lo cual habla a las claras el nivel de adopción que ha alcanzado esta técnica.

Importantes avances científicos sentaron las bases de esta modalidad de almacenamiento hermético. El desarrollo de innovaciones tecnológicas por parte de nuestro país, permitió hacer uso más eficiente de la bolsa plástica, entre éstas el test para medir la hermeticidad de la bolsa, tecnologías de monitoreo y de sellado, modelos bioeconómicos para predecir la comercialización, tecnologías de implementación de atmósferas modificadas para el control de insectos y hongos, y modelos de simulación que permiten predecir estados iniciales de deterioro y períodos de almacenamiento.

RIESGOS

El riesgo de deterioro de los granos se magnifica cuando éstos se almacenan con un contenido de humedad superior a la recomendada como segura que para el maíz, trigo y soja no debe superar 14%, mientras que para girasol es del 11%, de acuerdo con datos proporcionados por el INTA. Con estas humedades, el tiempo medio de almacenamiento sería de unos seis meses. En otras palabras, la humedad de los granos es determinante del período durante el cual éstos pueden ser almacenados.

El deterioro de los granos que se almacenan con humedades mayores a las recomendadas incluye la reducción de su valor nutritivo, la reducción del poder germinativo y la producción de compuestos tóxicos por parte de los hongos que los contaminan, denominados micotoxinas.

La ingeniera agrónoma (M Sc) Claudia Castellari, quien es docente de la Facultad de Ciencias Agrarias e investigadora del grupo de Poscosecha del INTA local que coordina el ingeniero Ricardo Bartosik, culminó recientemente su tesis doctoral sobre el tema "Factores determinantes en el desarrollo de poblaciones fúngicas micotoxigénicas en granos de maíz almacenados en bolsas plásticas herméticas".

Según proyecciones de la FAO, la población mundial pasará de 6.900 a más de 9.200 millones de habitantes en 2050. Argentina tiene una oportunidad única para proveer de agroalimentos al mundo para lo cual debe aumentar la eficiencia productiva y aplicar las tecnologías disponibles.

LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD

Por ello, la ingeniera Castellari se abocó a investigar sobre factores determinantes vinculados con la calidad higiénico-sanitaria de los granos de maíz almacenados en silobolsa. Una de las herramientas para minimizar el desarrollo de micotoxinas es el almacenamiento de los granos secos, es decir por debajo de la humedad de recibo. "En el caso del maíz, se debe embolsar a no más de 14% de humedad. Eso permite que se mantenga en calidad óptima. En cambio, a mayor humedad es menor el tiempo que puede permanecer conservado en buen estado el grano", explicó la investigadora, quien agregó que la toxicidad producida por los hongos que contaminan los granos en el cultivo, perjudica directamente a quienes lo consumirán, es decir los animales de engorde, cerdos y pollos, principalmente.

Asimismo, en caso de que el grano tenga a la industria como destino final, hay normas nacionales e internacionales que fijan niveles máximos de micotoxinas para su comercialización.

Para lograr mantener la inocuidad y calidad nutricional y evitar la aparición de hongos que producen toxinas, la ingeniera Castellari considera primordial que los productores adopten Buenas Prácticas Agrícolas, entre ellas los muestreos, monitoreos y análisis periódicos.

"Queda claro que los granos contaminados no se pueden comercializar ni tampoco utilizar para alimentar al ganado. Es necesario, entonces, buscar algún elemento para detoxificarlo. Parte de lo que investigué contribuirá a diseñar estrategias para el control de esos hongos dentro de los silos", sostuvo Castellari, quien resaltó la importancia que adquieren los análisis del grano.

Por otra parte, y atendiendo a la importancia de la investigación, el grupo de Poscosecha del INTA Balcarce y la Facultad de Ciencias Agrarias está trabajando por solicitud de la Cámara de la Industria Aceitera de la Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales, en el armado de un protocolo para solucionar problemáticas surgidas para la exportación de granos de maíz contaminados por hongos.